Dolor de pecho: ¿Cuándo hay que preocuparse?

  •  Gabriela Castro Mora

Las causas de dolor torácico son diversas. Muchas de ellas no representan un riesgo para la salud, mientras que otras, podrían ser de mayor gravedad y poner en peligro la vida de la persona.
Cualquier dolor torácico de inicio reciente y causa no conocida o de aparición súbita acompañada de malestar general o sensación de falta de aire, debe ser evaluado con prontitud en los servicios de salud.
El dolor torácico inicia durante el esfuerzo físico, sin estar precedido por un golpe y llega acompañado de síntomas como: falta de aire, náuseas, vómitos, palpitaciones o sudoración profusa. Se da especialmente en personas con antecedentes de enfermedad cardíaca, hipertensión arterial y diabetes. Cuando aparece es necesario que acuda con prontitud a una evaluación médica, advierten especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).

De acuerdo con el especialista en medicina interna del hospital Rafael Ángel Calderón Guardia Dr. Carlos Araya Fonseca el dolor torácico constituye un síntoma de consulta frecuente en los servicios de salud de la institución y si bien suele crear mucha inquietud en las personas que lo experimentan, podría obedecer a causas variadas que, en su mayoría, no representan riesgo para la salud.

Sin embargo, otras de mayor gravedad podrían poner en peligro la vida de la persona.

Explicó que este dolor es descrito como cualquier molestia o sensación anómala presente en la región del tórax; no obstante, su origen clínico podría relacionarse con causas de tipo cardiológico, pulmonar, digestivo, musculoesquelético o hasta de origen en el nervio que conduce las sensaciones.

¿Cuáles son los síntomas del dolor torácico?

Según el especialista, la sintomatología va a depender del órgano o región afectados:

Dolor de tipo coronario, por ejemplo, angina de pecho o infarto de miocardio: suele ser de tipo opresivo, puede irradiarse hacia el brazo izquierdo, el cuello o la mandíbula. Por lo general, se acompaña de malestar general, falta de aire, sudoración profusa, sensación de náuseas e incluso vómitos. Suele durar entre 5 y 20 minutos, mejora en reposo.
Dolor esofágico o digestivo, por ejemplo, esofagitis, hernia hiatal y reflujo gastroesofágico: el dolor es de tipo punzante o quemante en toda la zona retroesternal llegando incluso, en ocasiones, hasta la garganta. Sin embargo, el espasmo esofágico podría producir dolor opresivo.
Dolor pleuropulmonar, por ejemplo, neumonía, pleurisies, neumotórax, tumores, otros: habitualmente es un dolor más localizado en los costados, que aumenta con los movimientos respiratorias o con la tos.
Dolor osteomuscular, por ejemplo, fracturas costales, osteocondritis, desgarros musculares: dolor generalmente localizado que aumenta con la movilización del tronco y los movimientos respiratorios, desaparece o mejora en reposo. Puede reproducirse al presionar el tórax.
Dolor neurítico, por ejemplo, Herpes Zoster: dolor quemante, que afecta por lo general a un costado, abarcando desde la espalda hasta la zona anterior del tórax. Suele extenderse por el área que recorre un nervio.
Dolor de origen “nervioso” o psicógeno: suele ser punzante, como pinchazos. Por lo general, se acompaña de palpitaciones y sensación de falta de aire. Este es un diagnóstico de exclusión.
De acuerdo con el Dr. Araya, dadas las múltiples causas del dolor torácico, el diagnóstico concreto requiere una historia clínica muy detallada por parte del médico y, en ocasiones, la realización de estudios complementarios para aclarar las causas.

Además, es importante valorar el dolor en un contexto integral que involucre elementos tales como: duración, intensidad, localización, factores que lo modifican y síntomas asociados e irradiación a otras zonas del cuerpo.

Lo anterior en virtud de que, esporádicamente, el dolor torácico tiende a presentar características similares independientemente de su causa, por lo que resulta fundamental una exploración clínica detallada para identificar qué lo está produciendo.

¿Cuándo acudir al médico?

Para el especialista, teniendo en cuenta que el dolor torácico podría presentar características atípicas, sobre todo en pacientes con comorbilidades (hipertensión arterial, diabetes mellitus o antecedente de infarto cardíaco) resulta todo un reto establecer con precisión en qué momento debe o no acudir el paciente por atención médica.

Recomendó de manera especial acudir al servicio de Urgencias cuando el dolor se presenta durante el esfuerzo físico, con características opresivas, mejora en reposo y se acompaña de dificultad respiratoria.