Adoptar un estilo de vida saludable que involucre la práctica regular de actividad física, mantener un peso corporal saludable, una alimentación baja en sodio, evitar el tabaquismo y ser adherente al tratamiento farmacológico destacan como las principales acciones para prevenir y controlar la hipertensión arterial, uno de los factores de riesgo más importantes que propicia las enfermedades cardiovasculares: la primera causa de muerte en el territorio nacional.
Así lo enfatizaron profesionales en Medicina y Nutrición de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), en el marco de la conmemoración del Día Mundial contra la Hipertensión Arterial con la finalidad de promover la concientización y los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar este padecimiento presente una tercera parte de la población adulta de nuestro país, es decir el 37.2%, según la más reciente Encuesta de Factores de Riesgo Cardiovascular de la CCSS en el año 2018.
De acuerdo con la Dra. Jéssica Navarro médica, nutricionista y coordinadora del Programa de Enfermedades Crónicas No transmisibles de la CCSS, la hipertensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias y constituye una de las enfermedades crónicas más frecuentes que afectan a cerca del 30% de la población de las Américas, según datos de la Organización Mundial de la Salud OMS/OPS.
Según la experta, este padecimiento se presenta cuando se eleva la presión arterial en forma sostenida por encima de los valores considerados normales. Habitualmente no genera síntomas, por este motivo se la considera la “enfermedad silenciosa”.
Aseguró que, en el manejo de la hipertensión, una presión arterial dentro de un rango normal debe mantenerse por debajo de 140/90 (milímetros de mercurio) para permitir un adecuado flujo sanguíneo a todas las partes del organismo.
Si la presión excede este límite y persiste esta condición, el riesgo de que una persona sufra un evento cerebro o cardiovascular aumenta.
Cuanto más alta es la presión en las arterias, más esfuerzo debe realizar el corazón para bombear; lo que puede ocasionar daño severo en este órgano u otros, entre ellos el cerebro, los riñones y los ojos.
Según explicó, esta condición es más frecuente en personas adultas de mediana edad y adultas mayores, sedentarias, con exceso de grasa corporal, colesterol y triglicéridos altos, pero también puede ser hereditaria.
Los factores involucrados en su desarrollo son el alto contenido de sodio, grasa y colesterol en la dieta, así como el tabaquismo, el consumo de alcohol, el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad.
Otra de las preocupaciones de la Dra. Navarro es que, en Costa Rica se ingiere casi el doble de la cantidad de sal que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se debe consumir, es decir, el promedio de consumo de sal es más elevado que lo recomendado: cinco gramos por persona al día que equivale a una cucharadita rasa de sal refinada.
Según la experta, este es uno de los elementos de la alimentación que modifican la presión arterial. El exceso de sodio retiene agua y hace que aumente, lo que obliga al corazón a trabajar más.
Explicó que el sodio se encuentra en la sal y en los condimentos que se utilizan para sazonar y dar sabor a los alimentos, de ahí la importancia de leer la etiqueta de los productos y conocer sus ingredientes.
Es común que el sodio esté presente en la mayoría de los alimentos tanto salados como dulces que se adquieren en restaurantes, supermercados, ventas de comida rápida, artesanales y en la calle, por lo que es importante ser cuidadosos al momento de tomar decisiones sobre lo que se compra y lo que se consume.
Ante este panorama, sugirió a la población adoptar las siguientes recomendaciones nutricionales, con el propósito de reducir el consumo de sal en forma gradual y el consecuente riesgo de desarrollar hipertensión arterial:
• Evite agregar sal a los alimentos después de preparados.
• Prefiera condimentar alimentos con especies naturales y aromáticas, tales como: pimienta, cúrcuma, comino, orégano, ajo cebolla, entre otros.
• Evite el consumo de alimentos procesados (comidas enlatadas, sopas de sobre o consomés, embutidos, comidas procesadas, entre otros.
• Consuma frutas, vegetales, leguminosas y lácteos: contienen sustancias nutritivas protectoras contra la hipertensión y favorecen la eliminación de sodio.
• Revise en la etiqueta nutricional la cantidad de sodio que aportan los alimentos empacados: procure consumir alimentos que aporten menos de 140mg de sodio por porción.
¿Qué se puede hacer para prevenir la hipertensión?
• Deje de fumar.
• Controle su peso. Recuerde que el sobrepeso le añade una carga extra a su corazón.
• Reduzca el consumo de sal y consuma alimentos saludables, que no aumenten el nivel de colesterol.
• Evite el consumo de bebidas alcohólicas, pues esta sustancia aumenta la presión en sus arterias.
• Realice regularmente actividad física de moderada intensidad entre tres y cinco veces por semana:
Elija un programa sencillo que pueda mantener, y hágalo regularmente, al menos 30 minutos diarios.
• Reduzca el estrés.
• Cumpla al pie de la letra con el tratamiento que le prescribe su médico.
• Recuerde retirar cada mes los medicamentos para el control de la hipertensión y si tiene dudas aproveche la consulta farmacéutica.
• Conozca los números de su presión arterial: Alta sobre 140/90.
• No olvide asistir a las citas de control.
Para la Dra. Navarro es importante tener en cuenta que, si bien la mayoría de las veces la hipertensión arterial es asintomática, en algunas oportunidades puede causar síntomas como dolor de cabeza, vértigos, dolor en el tórax, palpitaciones, zumbidos en los oídos, o hemorragias nasales. Ante cualquiera de estos síntomas, se debe controlar la presión arterial y consultar a un médico.
Recordó, además que, el tratamiento contra la hipertensión arterial es crónico y debe seguirse durante muchos años e incluso durante toda la vida, por lo que resulta de particular importancia seguir el control y no faltar a las citas médicas programadas.